domingo, 5 de octubre de 2008

Mi refugio

Era él, dos vidas más tarde, curaba una de sus cicatrices al compás del amanecer, mientras tanto un silencio ensordecedor estrujaba el más allá, le envolvía ese peculiar olor a toallas limpias, bebía sorbo tras sorbo el fresco elixir matinal de cosecha propia cargado de colores, segundos más tarde, encendía aquel gramófono heredado donde siempre sonaban las mismas canciones: Ojos negros, Mi refugio…; triste música que más que sonar palpitaba.
Tal vez por eso siempre empezaba con las líneas mas frias, no despellejaba el secreto helado, no escribía con las manos que él quería, hasta bien entrada la lágrima en su cerebro, entonces eran ojos mas que letras, eran párpados cerrados, se veían entonces otras manos sanando sus cicatrices.






5 comentarios:

Novias al ataque dijo...

¡GRACIAS POR PASAR POR MI BLOG!

Es muy bonito el tuyo, por eso pasaré seguidito :D

Un GRAN abrazo.

Novias al ataque dijo...

Me hizo recordar mucho a mi abuelito...

marisa negri dijo...

qué grata sorpresa el querido gelman por acá
gracias por pasar por labrys
un abrazo

Viviana Álvarez dijo...

Este escrito está plasmado de imágenes que disparan la imaginación. Bello y cala hondo. Gracias por pasar por mi blog.

Cariños

FRANCISCO PINZÓN BEDOYA dijo...

¡Acamaca! O como seas.

Creo que estos escritos merecen tener rostro... Los anónimos, anónimos son.

Deshazte de esa piel y toma la tuya... que es la tuya y única.

Saludo complacido desde Medellín