lunes, 20 de octubre de 2008

Ya no hay poetas en los sellos

Lo plasmaré sencillo para que lo entiendan solo algunos, en una línea, y otra que sobrevuela su sombra y se muere de vértigo, como si fuera un sombrero, como una serpiente hambrienta digiriendo, ese es mi propio lienzo y a la vez tu recuerdo.

No es difícil, no es la ronda de noche de Rembrandt, ni su autorretrato de ojos vacios, ni tan siquiera la carta de un poeta muerto, todo lo contrario, fueron cruces del sur que cayeron sin freno, son nuestros cuerpos caminando allí a lo lejos, es mi corazón que sigue disperso.






Porque hoy estoy contento.
Vetustate ya!

2 comentarios:

Unknown dijo...

...Y me encuentro con una comarca tan hermosa, tan nueva y coloreada que levantaré una cabaña en su arboleda:
"el rancho del amor verde
con vigas de cedro y nogal"

(dijo Jaime Dávalos, un poeta querido)...

gracias por visitarme y abrir las puertas de tu alma

REL

Revista "TUS OJOS QUERIDA" dijo...

Por aquí también estuve leyendo vuestros versos, que por cierto son muy agradables.

Saludos.